En memoria de Gustavo Torner

(1925-2025)

Artista polifacético, de fructífera carrera y enorme sensibilidad, su obra recorrió múltiples lenguajes bajo una misma constante: la búsqueda de la excelencia. Su trayectoria fue más allá del ámbito estrictamente plástico, destacando su manera, pionera en España, de concebir los espacios dedicados al arte. Fue promotor del Museo de Arte Abstracto Español y creador del Espacio Torner, ambos ubicados en Cuenca. Su relación con el Museo del Prado no solo se ciñe, como tantos artistas contemporáneos de su generación, a la admiración que sintió por sus autores, sino que, además, fue el responsable de la rehabilitación de gran parte de las salas del edificio Villanueva entre 1980 y 1999, en un ambicioso proyecto arquitectónico y ornamental que conjugó modernidad y tradición. Gustavo Torner nos deja un legado inmenso, en el que arte y pensamiento se funden en una obra atemporal que seguirá dialogando con quienes se acerquen a ella.



 

CURRICULUM VITAE

Gustavo Torner fue pintor, escultor, grabador, dibujante y diseñador gráfico y de espacios, entre sus múltiples inquietudes.

Uno de los grandes hitos de su carrera fue la creación, junto a Fernando Zóbel, del Museo de Arte Abstracto Español en Cuenca (1966), un proyecto adelantado a su tiempo realizado por y para los artistas.

De su trayectoria como artista plástico destaca su participación en las bienales de Sao Paulo (1961) y Venecia (1962), así como su presencia en múltiples muestras nacionales e internacionales, siendo su obra parte de la colección del Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía.

Recibió el título de Doctor Honoris Causa por la Universidad de Castilla-La Mancha y fue galardonado con el Premio Nacional de Arte Gráfico, la Gran Cruz de Isabel La Católica, la Gran Cruz de la Orden Civil de Alfonso X el Sabio y la Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes.


 

 

Gustavo Torner (1991)
 


 

PARTICIPACIÓN EN LA EDICIÓN DE LA FUNDACIÓN EN 1991

Comprometido con la vanguardia, pero sin prescindir del diálogo con los maestros del pasado, en 1990, fue invitado por la Fundación Amigos del Museo del Prado a reflexionar sobre su relación con las colecciones del Museo.

Torner miró expectante en busca de revelaciones, las cuales materializó en sus cuatro grabados, inspirados tanto en las obras de la pinacoteca como en el poema de san Juan de la Cruz La noche oscura, cuyos primeros y últimos versos llevan por título.

 

 

En una noche oscura

Aguafuerte y aguatinta
65 x 50 cm

 

 

Con ansias en amores inflamada

Aguafuerte y aguatinta
65 x 50 cm

 

 

Cesó todo

Aguafuerte y aguatinta
65 x 50 cm

 

 

Dejando mi cuidado entre las azucenas olvidado

Aguafuerte estampado en relieve
65 x 50 cm